Después de años de expectativas elevadas impulsadas por el éxito de Tesla, las empresas de automóviles eléctricos ahora se encuentran luchando por sobrevivir.
El último nombre en enfrentar desafíos es Fisker. En medio de un mercado con demanda estancada, el fabricante, fundado en 2016, está teniendo dificultades para expandir sus ventas. Según informes del diario The Wall Street Journal, la empresa ha contratado a FTI Consulting y al bufete de abogados Davis Polk para prepararse para una posible declaración de quiebra.
Los problemas que enfrenta Fisker no son nuevos. El mes pasado, la empresa emitió un comunicado indicando “dudas sustanciales” sobre su capacidad para seguir operando y anunció negociaciones con inversores para obtener una inyección de capital.
Los datos preliminares revelan que Fisker registró una pérdida de $762 millones en 2023, un aumento del 39.2% respecto al año anterior. La deuda del fabricante superó los $1 mil millones en el mismo período.
La posibilidad de recurrir a una declaración de quiebra ha tenido un impacto negativo en las acciones de Fisker en el mercado posterior a la bolsa de Nueva York (NYSE). Alrededor de las 6:30 p.m., las acciones del fabricante registraban una caída del 47.1%, alcanzando los $0.17.
Desde principios de año, las acciones de la empresa han experimentado una depreciación del 81.1%, reduciendo el valor de mercado a $190 millones. Desde su oferta pública inicial en 2020, a través de una Compañía de Adquisición de Propósito Especial (SPAC), Fisker ha sufrido una depreciación del más del 97%.
La caída de Fisker refleja el desafiante panorama que enfrenta el mercado de automóviles eléctricos, con la demanda estancada y la intensa competencia que está presionando a muchas empresas a reducir los precios de sus vehículos. Además, muchas de estas empresas están teniendo dificultades para hacer económicamente viable la producción en masa de sus automóviles.
Según un estudio realizado por el WSJ en diciembre de 2023, al menos 18 startups del sector que se hicieron públicas entre 2020 y 2022, muchas a través de Spacs, corren el riesgo de quedarse sin capital para fines de este año. De las 43 empresas que se hicieron públicas en ese período, cinco han quebrado o sido adquiridas.
Si Fisker realmente presenta una solicitud de quiebra, sería el segundo colapso de un fabricante fundado por el ex diseñador Henrik Fisker, conocido por modelos icónicos de BMW y Aston Martin. Su primera empresa, Fisker Automotive (el mismo nombre que la actual), presentó una solicitud de protección por bancarrota en 2013.